¡Hola pareja!
Soy Carla Otero, fotógrafo de boda y la persona detrás de Corazón de Pirata.
Hablemos de la importancia del fotógrafo de boda.
Te casas y empiezas a pensar en cada detalle: lugar de la celebración, catering, vestido, peluquería, decoración, invitaciones, número de invitados, música… y un largo etcétera.
Evidentemente que estos son detalles importantes y que cada uno de ellos importa para que todo sea perfecto. Piensa que al día siguiente habrán desparecido, al menos físicamente, a no ser que los tengas guardados en imágenes que quedarán como recuerdo de vuestro gran día y legado para futuras generaciones.
A menudo me encuentro con: “Yo, con tener las típicas fotos, me conformo”. “Si total, no veo diferencia entre unos y otros, parecen todos iguales”. “El que tenga mejor precio me va bien. Bueno, que sea simpático, claro”.
La elección de vuestro fotógrafo de boda no es para tomarla a la ligera. Le vais a confiar vuestros recuerdos, los que os acompañarán toda la vida. Y esos recuerdos tendrán un estilo, unos colores, una composición y una narración particular dependiendo de a quién le encomendéis la tarea. Es importante que seáis conscientes de qué tipo de fotos tendréis una vez que pase todo y que estéis convencidos de esa decisión, y eso solo se logra dedicando tiempo en ver distintos fotógrafos y el trabajo que hace cada uno.
Otros comentarios con los que me suelo encontrar son: “Lo que a mí me importa es que la gente se lo pase bien”. “Es un día para celebrar y estar con los míos, el resto es secundario”. “Que coman bien, que disfruten y que se lleven ese recuerdo a casa”.
Si, vale, de acuerdo. Pero yo hablo de vuestros recuerdos.
Esos mismos que os trajisteis de vuestro último viaje; llenos de selfies y fotos con gente de fondo que no conocéis. Pero son los recuerdos de vuestro viaje, y de vez en cuando los revisáis y os transportan a esos días tan geniales. Son capaces de recordaros olores y sabores, conversaciones y sensaciones… Y también mucha nostalgia. Porque, ¿qué sería de esos momentos sin el deseo de volver a vivirlos?
Pues imaginaros esos recuerdos, pero realizados por el profesional que habéis elegido. La fotografía rescata emociones.
Eso es realmente lo que estáis contratando cuando firmáis el contrato con vuestro fotógrafo. Los recuerdos para toda la vida. Los que les enseñaréis a vuestros nietos orgullosos. Porque no nos engañemos; cuanto más mayores nos hacemos más nostálgicos nos volvemos (¡ay, qué tiempos aquellos…!).
Sé prudente y dedica tiempo en encontrar a TU fotógrafo. ¡Es una inversión para toda la vida!
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